Puerto Rico: Educar para salir de la violencia
Texto: Jesenia Freitez Guedez/María José Martínez
Ilustración: Pierre Daboin | Antonio Ramírez
Infografía: Yordán Somarriba | Denisse Martínez
Lo principal que una mujer debe tomar en cuenta si percibe una situación
de riesgo en su entorno es buscar ayuda.
Ya sea a través de organizaciones
especializadas en la defensa de la mujer o incluso por parte de personas
cercanas. Así lo indican activistas y representantes de ONG en Puerto Rico.
“Si está en una situación de violencia busque los recursos
disponibles, haga un plan de escape
para salir de la situación, esto pasa por identificar organizaciones de la sociedad civil que la puedan
apoyar en ese proceso para que lo haga de una forma segura y tenga información sobre cuáles son los recursos disponibles para ella”, señaló
Vilma González Castro, directora
ejecutiva de Coordinadora Paz para la Mujer.
La
especialista expresa que, aunque se trate de una decisión muy personal, las víctimas deben aprender que la violencia nunca disminuye. Por el
contrario, tiende a escalar de tal manera, que para algunas mujeres podría
resultar demasiado tarde.
“Así que
lo importante es que pueda fortalecerse, hablar con personas expertas en el
tema; buscar información en las redes
también puede ser una opción en medio de la actual coyuntura”.
“Entre las medidas
que las mujeres pueden prever es tener a la mano los números
de emergencia o de las líneas especializadas. Asimismo, pueden solicitar una orden de protección. Los albergues para
sobrevivientes de violencia de género han estado abiertos, así que es una opción real si necesitan salir
de su situación e ir a un refugio”, apuntó la presidenta del Colegio de
Profesionales del Trabajo Social de Puerto Rico, Mabel López Ortiz.
“Deben prepararse,
tener una mochila o un bulto donde tengan documentos importantes en caso de que tengan que salir para proteger su vida, eso
incluye documentos de los niños y las niñas, si los hubiera”, recomendó Irma Lugo Nazario, coordinadora del Observatorio de Equidad de Género.
El papel de la comunidad
El ignorar una situación de violencia
puede convertir a las personas en
cómplices de una situación, incluso sin proponérselo, advierte Débora, quien insta a familiares y amigos a brindar ayuda a las víctimas.
“Cuando sabemos y callamos
sin intervenir nos hacemos cómplices. Como sociedad todavía debemos
aprender a apoyar a las víctimas, no
juzgarlas y acompañarlas, pues son procesos personales que, si
juzgamos, tal vez estemos cerrando la puerta a una salida”, dijo Débora
Upegui, analista del observatorio.
A su
juicio, es imprescindible
que las comunidades trabajen en la
educación sobre las violencias y sus diversas manifestaciones.
“Hay que hacer un
trabajo muy grande de educación con la comunidad de repudiar este tipo de
situaciones. Yo creo que la idea de que esto es un tema de la pareja y es privado se debe eliminar, porque ahí
es donde se le da más poder al agresor y la víctima se siente más sola y aislada”, apuntó.
Las
activistas y defensoras de los derechos de la mujer explican que existen diferentes maneras de atender una
situación de violencia doméstica. Coinciden en que la mejor manera de abordarla
es llamar a las organizaciones que tienen los medios para ofrecer apoyo profesional y organizar un plan
de emergencia.
“Hay muchas familias y muchas personas que les retiran el
apoyo a las mujeres porque se sienten
frustrados, esto es una situación común. De hecho, en los servicios que se ofrecen en las organizaciones también
tienen espacios donde se le da esa distancia a la mujer, porque hay momentos en
que vuelve al patrón de violencia. Entonces, hay que tener paciencia y entendimiento”, destacó Lourdes Inoa Monegro, gerente de programa de Mujeres y Salud de la
organización feminista Taller Salud en Puerto Rico, que atiende a
sobrevivientes de violencia.
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