México: Salir a flote
Texto: Jesenia Freire Guedez/ Sandra Flores/ Zurya Escamilla Díaz
Ilustración: Ricardo Sanabria
Infografía: Grecia Nexans
Ilustración: Ricardo Sanabria
Infografía: Grecia Nexans
Con las omisiones
del Estado mexicano, pareciera que las
mujeres están en total indefensión; sin embargo, aun en la noche más oscura se
pueden ver las estrellas. A nivel nacional, en las entidades y en los
municipios cada vez son más frecuentes las organizaciones dispuestas a brindar
una mano amiga.
“Lo que deben saber las mujeres que viven
violencia, como todos los
grupos que históricamente han sido vulnerables, es que no están solas”,
resaltó Alex Guzmán Sanguino,
integrante del Círculo Feminista de Análisis Jurídico. “ Estas redes están
conformadas por otras mujeres que han vivido situaciones similares, por lo que
saben comprender y escuchar sin juicios", apuntó.
Para muchas,
también pareciera que son las únicas que viven golpes físicos y emocionales o
que al comentar con otras víctimas de violencia pudieran sentir que es algo
normal, pero no es así, reiteran especialistas. No tienen por qué aguantar aquello que las lastima por dentro y por
fuera, merecen una vida de respeto y libre de violencia.
En este proceso, es indispensable mantener y fortalecer las
primeras redes de apoyo: familia y amigos, pues “lo primero que hace el
violentador es alejarte de ellas, buscar que estés aislada y así hacerte más
vulnerable”, señaló la psicóloga Teresa Magos Martínez.
Por ello, las personas allegadas a
las víctimas, e incluso la propia comunidad, serán de gran apoyo para que, una vez conscientes de la violencia, las
mujeres puedan romper el silencio, ponerse a salvo para poder resguardar a sus
hijos e hijas, si los hay, y trabajar para resurgir. En este camino, las
organizaciones de la sociedad civil y las instituciones de gobierno pueden
brindar apoyo legal, psicológico, de trabajo social e incluso económico.
Nunca está de más
prevenir; ,
colectivos como Las Brujas del Mar,
en Veracruz, han
desarrollado códigos para pedir ayuda aun cuando hay vigilancia del agresor. Entre grupos de amigas, con la familia, con
los vecinos pueden generar palabras clave que permitan comunicar a grandes
rasgos la situación en un primer momento, para pedir ayuda. Es una
recomendación que dan a las mujeres que puedan estar viviendo situaciones de
violencia. Además,
de recordarles de tener siempre sus documentos y principales pertenencias
personales a la mano, en caso de una emergencia, así como los números de líneas
de ayuda para buscar apoyo y asesoría.
Quienes están alrededor
también deben mantener los ojos abiertos a fin de identificar a una posible
víctima ya sea por golpes
inexplicables, ojeras, ansiedad, nerviosismo, pérdida de memoria, cambio de
hábitos alimenticios o de sueño. Una vez que lo hacen, confrontar, insistir y
buscar ayuda profesional, recomienda la también psicóloga Adriana Ávila
Rodríguez.
En las
instituciones públicas, sin duda, todavía hay mucho por hacer para garantizar
una atención efectiva y digna a las mujeres que viven violencia; mientras
tanto, las organizaciones de la sociedad civil se han fortalecido para guiarlas
y acompañarlas en su trayecto a una vida libre y en paz.
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