El Salvador: Tener “personas con quien contar” es clave para salir de la violencia
Un trabajo eficaz de las instituciones del Estado, romper el silencio y buscar redes de apoyo son esenciales para acabar con el ciclo
Para la psicóloga Ileana Merino, técnica de Atención a Víctimas de Violencia del programa de Derechos Humanos del Servicio Social Pasionista (SSPAS), es importante entender el trauma por el que pasan las mujeres que enfrentan violencia machista y la razón del por qué es tan difícil para ellas salir de ese ciclo de violencias.
Texto: Clanci Rosa
Ilustración: Pierre Daboin | Antonio Ramírez
Infografía: Yordán Somarriba | Fátima Cruz
Para la psicóloga Ileana Merino, técnica de Atención a Víctimas de Violencia del programa de Derechos Humanos del Servicio Social Pasionista (SSPAS), es importante entender el trauma por el que pasan las mujeres que enfrentan violencia machista y la razón del por qué es tan difícil para ellas salir de ese ciclo de violencias.
“Cuando una mujer enfrenta violencia de género, que no
es un hecho aislado, sino una violencia sistemática, se crea un trauma, una
experiencia que constituye una amenaza para la integridad física,
psicológica o emocional de una mujer y generalmente ella lo experimenta con mucho
caos y terror porque es desconcertante, y le cuesta contarlo”, argumentó.
La violencia contra las mujeres es cíclica y
generalmente contempla tres fases: acumulación de tensión, explosión y luna de
miel. “Son dinámicas de relaciones donde los agresores crean un régimen de
terror hacia las mujeres. Se extiende más allá de ellas cuando las aíslan de
sus posibles redes de apoyo y generan terror sobre las personas que quieran
acercarse”, apuntó Merino.
Sin embargo, afrontar el trauma depende de varios factores,
entre ellos la capacidad de cada mujer para enfrentarse al evento traumático y
reaccionar ante la violencia que vive. Merino advierte que “no todas las
mujeres van a reaccionar antes de llegar a la violencia feminicida, algunas no
lo van a lograr. Cada caso es particular, porque ninguna historia es igual
a la otra”.
Romper el silencio, el primer
paso para salir del ciclo de la violencia
Romper el silencio es fundamental, ya que es un momento
clave para que una mujer tome una decisión critica que puede decidir
su vida.
“Cuando conversa y comparte su experiencia de violencia eso
puede traducirse en toma de decisiones. Implica para ellas revelar la
situación de violencia y entenderla fuera del espacio privado, porque al
narrarla deja de ser íntima”, expresó.
Por eso, cuando finalmente la mujer se atreve a hablar y
denuncia, brindarle apoyo puede significar salvarla de la muerte.
La psicóloga destaca que es fundamental que todos los actores
de la sociedad eviten esperar que una
mujer en situación de violencia se ayude a sí misma. Exigirle que lo haga,
incluso, puede ser algo cruel si no se entiende que es una víctima que no
sabe pedir apoyo, añadió.
“Es importante que el Estado desde los servicios
institucionales, las redes de apoyo, pero también la comunidad, así como
la familia y los amigos se acerquen a la víctima y no esperar lo contrario”.
¡Tú vales y mucho!
Es importante que las mujeres se reconozcan a sí mismas
como personas afectadas por la violencia. Concienciar que su situación no
es normal y que dicha violencia está basada en las vulnerabilidades que
padece como mujer, enfatizó Merino.
“Posteriormente, se deben buscar factores impulsores
que las motiven a tomar las otras decisiones dentro de esas rutas críticas, que
las ayuden a salir de la violencia”. Y esto es buscar apoyo sin dudarlo,
expuso.
La especialista reitera la importancia de que esas redes
de apoyo las constituyan amigas, compañeras de trabajo y todas esas mujeres
que se encuentran a su alrededor, ya que son piezas claves para que puedan
salir del ciclo de la violencia, recomendó.
Estas redes ─explica─ facilitarán que ellas encuentren el
apoyo inmediato que necesitan. En la mayoría de los casos, cuando estas se
constituyen, permiten la búsqueda de soluciones e incluso de respuestas
institucionales. En el caso de El Salvador, estas instancias son la Policía
Nacional Civil, Fiscalía General de la República, Procuraduría General de la
República, servicios de emergencias y organizaciones defensoras de los derechos
de la mujer, entre otros.
Por su parte, Silvia Juárez, abogada de Organización de
Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA), destaca también la urgencia de que
las mujeres recuerden que su vida es lo más importante ante todo.
“Cualquier plan de vida que incluya a sus hijos, trabajo o
responder a una serie de responsabilidades, nunca puede ser más importante
que poner a salvo su propia vida”, dijo.
Responsabilidad del Estado y
de la comunidad
La abogada Juárez explica que la responsabilidad de
parar la violencia es esencialmente del Estado, porque tiene poder y recursos,
pero también es una responsabilidad colectiva.
“No es posible que la comunidad sepa de la violencia y
no haga nada”, cuestionó.
Por ello cree que las campañas de
prevención de la violencia y atención a las víctimas también deben dirigirse a
la comunidad, para que intervengan y contribuyan a detener hechos de violencia.
La abogada también exhorta a las mujeres a exigir el respeto
de sus derechos al Estado para que se les garantice una vida libre de
violencia. Además, las insta a hacer contraloría permanente sobre los servicios
públicos de atención que se brindan a las mujeres.
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